jueves, 29 de mayo de 2008

Parece que refresca (II): Mi ponencia


I Ciclo de Conferencias sobre Nada en Particular.
Salón de Actos de la Universidad de Villalacia. 30 de febrero 2008.

Estimadas comadres:
Acúsenme de presuntuoso, si quieren, pero sería faltar a la verdad si omitiera el hecho de que mi conferencia causó gran expectación entre el público asistente. De hecho, me fue concedido un tratamiento de estrella: el vigilante jurado de la Universidad insistió en escoltarme hasta el estrado. Creo que el pobre muchacho se sentía un tanto avergonzado por haberme confundido en la puerta con un mendigo. Me compadecí del chico; una vez terminada la charla, me dirigí al rector y le convencí de que el puesto de vigilante era demasiado poco para alguien de su talento. El rector, conmovido por mi discurso altruista y por una amenaza de demanda, se puso en seguida manos a la obra e instó al vigilante a que buscara un trabajo de acuerdo con su preparación gracias al sencillo método conocido como "despido improcedente". Después me contaron que el muchacho andaba buscándome como loco para darme efusivamente las gracias y presentarme a su rottweiler, pero mi modestia me impelió a salir de la ciudad en el primer camión de verduras que aceptó esconderme. Qué le voy a hacer; en el fondo, tengo alma de filántropo.

Después de la emotiva presentación de mi persona llevada a cabo por un brillante ex alumno de la Universidad, que había acudido al evento aprovechando un permiso penitenciario, me dirigí a la tarima acompañado por los sones de una vieja y melancólica canción country cuya letra narraba cómo un vendaval arrancó de cuajo el cobertizo del tío Obadiah. Cuando subí al estrado, la sala entera se puso en pie. Una hora después, los asistentes volvieron del bar y comprobaron con disgusto que yo había empezado mi discurso sin ellos. Pero aún mayor fue su decepción cuando descubrieron que todavía no había terminado. La afortunada única testigo de la primera parte de mi ponencia fue la limpiadora que había entrado a quitar los chicles de los asientos. Nunca le estaré lo suficientemente agradecido a aquella mujer; la entusiasta atención que prestó a mis palabras, con la boca abierta y los ojos desorbitados, me llenó de gozo y me animó a seguir adelante. Al día siguiente supe que la amable señora, sorpresivamente diagnosticada de un principio de esquizofrenia, había solicitado la jubilación anticipada.

Antes de seguir con mi conferencia, creí conveniente aclarar que mi atuendo, tachado por algunos de extravagante, no es fruto de una "obsesiva fijación por crear tendencias", como acostumbran a señalar mis críticos; es sólo que con el paso de los años he llegado a considerar innecesario llevar pantalones. Entre ustedes y yo, llevo décadas pillándome la minga con la cremallera, y cada vez que me miro desnudo al espejo (cosa que hago con frecuencia) me da la impresión de que me han trasplantado el pene de Frankenstein.

Proseguí sin más dilación con el tema que nos ocupaba y sobre el cuál versa el grueso de mis estudios: las propiedades nutritivas del lomo en manteca, asunto controvertido donde los haya, por cuanto en diversas culturas se considera que sube el colesterol. En la Antigua Grecia, sin ir más lejos, el tema era causa de grandes discusiones entre socráticos, partidarios de la corriente mantequista, y aristotélicos, fervientes defensores del chicharronismo.

La velada iba viento en popa hasta que un imbécil muy respetado en determinados círculos académicos y reconocido aficionado al aguardiente comentó lo barata que les había salido a él y a su señora la depilación láser en los glúteos. En el estrado, hice un denodado esfuerzo por reconducir la atención hacia la razón que nos había reunido a todos allí: el frío que hacía en la calle.
Llegados a este punto, debo admitir que no soy muy partidario de las conferencias, digamos, formales, donde el ponente diserta interminable y fatigosamente en un tono de voz monocorde. Soy consciente de que ese tipo de charlas pueden resultar muy aburridas; por eso, desarrollé la segunda parte de mi exposición con mi célebre imitación de un gangoso. Hay que decir que esta maniobra sembró cierta polémica entre mis oyentes; en señal de protesta, algunos de ellos se negaron a dejar de roncar. Otro de mis innumerables y humildes aciertos fue dinamizar mi charla con ayuda de la tecnología. Una de mis opciones durante los preparativos consistía en crear una presentación en Power Point (también llamado flipantemente Punto de Poder), pero la descarté en cuanto se me pasó el efecto del peyote. Así que eché mano del más tradicional método de las diapositivas. Lamentablemente, la primera que proyecté fue una de mi perro lamiéndose el prepucio, lo cuál motivó el súbito abandono de la sala por parte de un nutrido grupo de oyentes. Gracias a Dios, los desertores volvieron del aseo a los cinco minutos, visiblemente más calmados y de mejor humor.

En la ronda de preguntas, aclaré las múltiples dudas que había suscitado mi ponencia entre los asistentes, como por ejemplo "¿podemos atacar ya el buffet libre?", y afronté estoicamente las críticas, casi todas referentes a mi familia. Finalmente, y como es costumbre en estos eventos, terminamos hablando sobre tetas y culos.

martes, 27 de mayo de 2008

Enormísimo II: Sobre la crítica


"¿Por qué los analistas literarios tenderán a imaginar en un texto cualquier cosa salvo la imaginación?"

Julio Cortázar. Último round, Tomo I. Pag. 28

lunes, 19 de mayo de 2008

Perfiles y configuraciones

Gentlemen caninos estudiando a qué ojete van a acercar el hocico
-¡Oh! Qué título tan woodyalleniano me ha salido. ¿No te parece una gozada?
-Sí, me corro de gusto.
-Tú te callas, que tienes menos sensibilidad que Tarzán en la planta de los pies.

¿Qué pasa, artistas?:
Mi buen amigo Casares, el muy !"·$%&, me dijo el otro día que mi santo blog, en términos visuales, era más bien tirando a cutre. Y teniendo en cuenta que él se dedica al diseño gráfico y mi idea del arte es una foto de perros con gafas de sol, no pude pasar por alto su opinión profesional. A pesar de todo, me defendí diciendo que en Un beso de buenas noches de mil demonios predomina el contenido sobre la forma, pero después caí en la cuenta de que nunca hablo de nada, o más bien, que siempre hablo de nada, así que pensé de debo ser algo así como un Cronista de la Nada, y me pregunté si no habría por ahí Algo que Decir. Así que busqué en mi interior y dije ¡Tate! que es algo que tampoco significa nada pero que cuando lo dices la gente te mira porque cree que has encontrado algo. El caso es que lo dije tan fuerte que hasta yo creí que había encontrado algo y pensé, coño, pues lo voy a compartir con mis lectores. Tanta digresión y tanta mierda para deciros que he actualizado mi perfil, así me conocéis un poquito mejor.

P.D.: Si tenéis algo que decir acerca del diseño de mi blog, dejadme un comentario. Y recordad que sé donde vivís.
P.D. 2: Y no, no os habéis librado: a mediados o finales de semana colgaré la segunda parte del post de la semana pasada. Avisados estáis.

jueves, 15 de mayo de 2008

Parece que refresca (I): Preliminares


Estimados gromenauers:
Ya sabéis que mi virtud más sobresaliente es la humildad, que destaca sin duda por encima de mi ingenio sin parangón, mi incomparable elegancia y mi inteligencia brutalmente intimidatoria. Por eso no me gusta hablar de mí, aunque tengo por seguro que podrían escribirse miles de páginas glosando las innumerables facetas de mi modesta persona. Pero mi impecable llaneza no es motivo suficiente para eludir las obligaciones que tengo para con mis lectores y privarlos de la refulgente luz de mi sabiduría. Aunque me da cierto reparo, os contaré que durante los pasados días 30 y 31 de febrero acudí como ponente al I Ciclo de Conferencias sobre Nada en Particular, tema en el que, como sabéis, soy toda una eminencia; no lo digo yo, por supuesto, sino decenas de iluminados estudiosos de mi obra que nunca se equivocan en nada. La organización del Ciclo corrió a cargo de la Universidad de Villalacia, población situada en una de las Tierras Paralelas a ésta que pilla más a mano. Después de un aburrido viaje en autobús transdimensional, en el que paramos en nada menos que cinco Pueblos Paralelos (Macharaviator, Alhaurín El Magno, Insert Coín, Cartamastation y Yunquerama), llegamos a la soleada y acogedora localidad de Villalacia. Hay que decir que los habitantes de esta Tierra (llamada por los nativos Sadakk-8 o, más coloquialmente, Planeta Yónatan) no se diferencian mucho de nosotros; si acaso se escuecen menos las ingles y tienen serias dificultades para entender la frase "Por el culo te la hinco", de la cuál hay que dar muchas explicaciones y claro, al final ni tiene gracia ni nada. Lo que más me sorprendió cuando llegamos a la Universidad fue que el rector salió a recibirnos disfrazado de guacamayo; después nos explicó que cada localidad de la comarca tenía su particular forma de dar la bienvenida a los visitantes. Por ejemplo, en la vecina ciudad de Vayatemazo, el anfitrión espera escondido detrás de la puerta a que su invitado entre en la habitación; cuando éste dice "Parece que aquí no hay nadie", el anfitrión sale repentinamente, pegándole un susto de muerte. Más tarde, una comitiva formada por varios representantes de la institución nos llevó a los conferenciantes invitados a visitar las legendarias ruinas fenicias de la ciudad, habitadas actualmente por cuarenta familias, y se pagó un potajillo y un vino más bien penco. Después del carajillo volvimos a la Universidad; el plantel de invitados y el nivel de sus ponencias sólo podrían calificarse de impresionantes. Nada más entrar en el Salón de Actos se hizo evidente que los ánimos estaban muy excitados. El primero en salir al estrado fue un joven barbado y de aspecto desaliñado cuya intervención obtuvo una prolongada ovación por parte de los presentes. Después nos enteramos de que se trataba del técnico de sonido que subió a comprobar los micrófonos. No nos importó; su conmovedor "Probando, probando, uno, dos, uno dos" fue merecedor de no pocos elogios durante el intermedio. Para abrir boca, el genial dúo cómico italiano Felatio y Cunilingo nos explicó el concepto de macroeconomía con mímica; su exposición del Producto Nacional Bruto nos hizo reír hasta dejarnos sin respiración. Acto seguido, la doctora Leonor Gasmo nos habló de las pajas mentales y por qué no es conveniente hacerse una en presencia de un telépata. Pero el plato fuerte de la velada lo supuso el inesperado regreso del insigne pensador Domingo Norrea después de 50 años de retiro forzoso, una aparición que nos sorprendió a todos los asistentes; sobre todo a los que no sabíamos que había resucitado. El profesor Norrea, Mingo para los amigos, desplegó un uso magistral de los silencios, los chasquidos de dedos y las frases del tipo "Sí, hombre, estoooo..." en su charla titulada En la punta de la lengua. Cuando olvidas lo que estabas a punto de decir. Debo reconocer que me alteré cuando llegó mi turno; me puse tan nervioso que a punto estuve de orinarme encima. Afortunadamente, pude evitarlo a tiempo y orinar encima de un caballero.
Mis antecesores habían dejado el listón muy alto. ¿Podría yo llegar a su nivel con mi ponencia De la inconveniencia de quedarse atrapado en el ascensor con un meteorólogo? ¡Descubridlo la próxima semana aquí, en Un beso de buenas noches de mil demonios!

lunes, 5 de mayo de 2008

Senderos inexplorados

"La vida nos conduce por senderos inexplorados", le comenté como quien no quiere la cosa hace años a un amigo durante una noche de botellón. Estoy bastante seguro de que esa reflexión estaba más bien motivada por el vodka-limón o el qüisqui-cola o lo que sea que bebiera yo por aquella época que por un arranque de pura inspiración; una genuina perla de la filosofía de garrafa. El caso es que con el devenir de los años no puedo evitar pensar en la frase (que mi amigo también recuerda con regocijo) cada vez que los azares de la vida me llevan por derroteros que no entran dentro de mis cálculos. Por eso quizá cada vez calculo menos; he aprendido a disfrutar plenamente de esas experiencias que se asemejan a un irrepetible solo que el saxofonista de una banda de jazz se saca de la manga. Retazos de vida improvisada, si queréis, que hacen que a veces la vida sea más rara y por tanto más disfrutable. En lo referente a mi parcela de escritor, la que me mantiene en las zonas intersticiales (parafraseando ¡como no! al Enormísimo), he hecho o estoy desarrollando en o durante los últimos meses algunas cosas que nunca en mi vida imaginé que iba a escribir:

-La adaptación cinematográfica de una novela de corte intimista: Ningún guionista se imagina que su primer largometraje va a ser la adaptación de una obra preexistente. Ítem más, ningún guionista de comedia se imagina que su primer guión largo va a ser un drama realista. Pues en ésas estamos, puliendo el último borrador.

-Un artículo sobre Angelina Jolie y Brad Pitt en una revista sobre sexo: Yo me quedé igual cuando me lo pidieron.

-La frase "[El personaje tal] dirige el balón hacia la línea de meta con una espectacular chilena": Nunca me ha gustado el fútbol. Pero siempre he amado los cómics, y de repente soy guionista de historietas. Y me encantan los personajes que estoy manejando. Y sí, se va a publicar.

Y absolutamente todas estas cosas maravillosas no habrían sido posibles sin la mediación de mi muy mejor amigo Casares, que entre sus no pocas virtudes tiene la de ser un buen explorador de senderos y la de pensar en mí cada vez que alguien suelta en una habitación la frase, "¿Qué clase de zumbado podría encargarse de ésto?"

P. D.: Y, por supuesto, crear mi propio blog e incluír en él material original y una novela por entregas: Como diría cualquier torero piojoso, "¡Va por ustedes!"

jueves, 1 de mayo de 2008

Vuelve el Hombre: Machos Ibéricos vs. Maromos

Estimados machotes:

Como virulenta e indignada contestación a aquellos que propugnan el maromismo como camino a seguir e ideal a alcanzar por el hombre del siglo XXI, el Departamento de Concienciación Social de Un beso de buenas noches de mil demonios tiene a bien presentar la creación de una nueva corriente de pensamiento conocida como Nuevo Landismo, con el fin de reivindicar los ya olvidados valores patrios que caracterizan la configuración del antaño orgulloso Macho Ibérico. ¡Basta ya de confundir a nuestros inocentes niños/as con la visión de abdominales marcados y dientes perfectos! El Hombre de Toda la Vida de Dios no se parece en nada a aquellos que pasean su insolencia por spots publicitarios y series yanquis. Ahora que nuestro Santo Patrón se ha retirado del mundanal ruido, yo, creador e ideólogo del concepto de Neolandismo, creo conveniente exponer algunas de las características del Nuevo Hombre como Dios Manda.




Alfredo rules!

-El Hombre, como el oso: Nunca, repito, nunca os dejéis intimidar por esos panolis que se pasean con el torso depilado y aceitoso. El neolandista luce orgulloso su vello corporal como un estandarte. Los pelos quedan bien hasta en la espalda. Qué digo, ¡sobre todo en la espalda! No te creas esa patraña de que a las mujeres les gusta depilados; eso de 'Donde hay pelo, hay alegría' lo inventó una mujer. Una Mujer como Dios Manda, claro, no como esas frescas que se pasean en bikini por el paseo marítimo y nos ponen borricos perdíos. Repetid conmigo: ¡No me importa lo que digan, los pelos en el culo abrigan!

-De tal palo: Un neolandista es idéntico a su padre. Casi diríase un clon, si no fuera por el poblado mostacho que ostenta nuestro progenitor y que tanto nos imponía cuando éramos pequeños. Otra diferencia notable entre padre e hijo la encontramos en el nombre de pila del primero; por regla general, el nombre que le puso la abuela a nuestro padre está actualmente en desuso (Tiburcio o Indalecio son buenos nombres para el padre de un neolandista). ¡Loa y pleitesía al severo padre del neolandista, que un buen día sacó de debajo de un ladrillo la magra renta que le dejaban sus terrenos cultivables para pagarle a su hijo un curso de fontanería en la capital!

-Una planta de tomo y lomo: ¿Cuerpos modelados en el gimnasio? ¡Como si no hiciéramos suficiente ejercicio en la obra descargando escombros! El neolandista es bajito, barrigón y se está quedando calvo, como su santo padre.

-Es cosa de Hombres: Hay un motivo por el que los maromos nunca podrán llegarnos a los talones: ellos no beben cerveza. Y si la beben, en seguida la vomitan. ¡Puñeteros anoréxicos! Eso de 'nunca te fíes de un hombre que no bebe' puede parecer un tópico, pero es un axioma como la copa de un pino. Puedes confiar cualquier cosa a un tipo con una prominente barriga cervecera; cualquier cosa menos tu ligue extranjero, claro, y es que todos los neolandistas somos iguales.

-Donde se ponga el lomo en manteca...: Toda esa mierda de la dieta sana es cosa de esos subversivos maromistas ¡Se pueden meter por donde les quepa su ensalada y su agüita mineral! ¡Bartolo, una botella de vino y un rabo de toro, hostias!

-Los neolandistas saben montarse una parranda: ¿Discotecas? ¿Eso qué es, un invento nuevo de los americanos? ¡Vivan los guateques, las whiskerías y la Tasca del Tío Paco!

-¿Mande?: Los neolandistas no sabemos un mojón de idiomas. Para comunicarnos con una pilingui extranjera utilizamos el Lenguaje de Signos Español que con tanto éxito hemos exportado a todo el mundo: Ahora te acaricio la rodilla, ahora te toco el culo...

-Los neolandistas las prefieren suecas: Pero se casan con Concha o Manoli. Si excepcionalmente consigues llevar al altar a una Ingrid o una Helga, mesmerizada por tu exótico e irresistible sex-appeal rural, ten por seguro que a los dos días encontrarás rulos en un cajón del cuarto de baño. El camino a la santidad de estas plebeyas nórdicas pasa por ahí; una Mujer como Dios Manda se pasea en bata por la casa hasta en agosto y se pone hecha una foca. Ah, y tus hijos saldrán cabezones y no sabrán hacer la O con un canuto, que lo sepas.

-Torremolinos una, grande y libre: A nadie ha pasado inadvertido el hecho de que nuestra Torroles se ha convertido en los últimos años en el centro neurálgico de la Gran Conspiración Judeo-Marómica que asola nuestras costas. ¡Nos han arrebatado nuestra Patria Chica, nuestro coto de caza, delante de las narices! Desde aquí exigimos la devolución incondicional de Torremolinos a quien le pertenece. ¿Donde si no vamos a timar a los guiris (foreign people in chanclas)?

Guiris (Foreign people in chanclas)