lunes, 17 de mayo de 2010

El amor, a veces

-Abrázame, mi querida Antoinette -dijo François.

En realidad, François pretendía que su prometida, al acercarse, apreciara mejor los efluvios del pedo que se acababa de tirar.

3 comentarios:

Rubén D. Caviedes dijo...

Me ha tenido usted veinte minutos partiéndome el hojaldre.

Pienso que aquí hay un filón; debería explotarlo. El Pedo de Fraçois. El eructo de Marion. El reflujo de Edith. Gustave y una digestión dificil. Charles se caga abiertamente. Ya sabe.

Silderia dijo...

A ese le podemos sugerir la manta antipedos de la teletienda con tecnología militar para armas biológicas a ver si se puede vivir con él.

jerrewell dijo...

No hay nada como compartir tus efluvios con el ser querido.