jueves, 31 de julio de 2014

El Presidente del Gobierno en: ¡Pues sí que es voluble el electorado, cojones!

Imaginativa reproducción de la criatura mitológica conocida como "Politicus Honradus".
-Oiga. eso es un dodo.
-No me caliente el tarro, joven.

1. INT. DESPACHO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO. DÍA.
El PRESIDENTE está en su mesa leyendo el Marca del día anterior, visiblemente aburrido. Ya ha firmado todo lo que tenía que firmar, pero le da vergüenza que lo vean marcharse a casa a las cuatro y media de la tarde. La puerta se abre como una exhalación y aparece CEFERINO, jefe de su nutrido gabinete de asesores.

CEFERINO: ¡Señor Presidente!
PRESIDENTE: ¡Coño, Ceferino, qué susto me has dado!
CEFERINO: Señor Presidente, después de comer he estado un rato en el sofá viendo el canal National Geographic...
PRESIDENTE: Ah, menos mal. Qué injusto he sido al pensar que estabas tocándote los huevos.
CEFERINO: ...y he visto que el índice de popularidad de Ronald Reagan creció ostensiblemente después de su intento de asesinato en mil novecientos ochenta y uno.
PRESIDENTE: Bueno, no sería solo por eso. Seguro que también se debía a su política visionaria, tan parecida a la mía...
CEFERINO: Eso yo no los sé. El caso es que el día después de que le calzaran una bala la gente lo quería un montón.
PRESIDENTE: ¿A dónde quieres llegar, Ceferino?
CEFERINO: Que digo yo que si no había pensado en dejarse disparar. Haría mucho por su imagen.
PRESIDENTE: Sobre todo si me dan en la jeta, no te jode.
CEFERINO: No, hombre, pero cómo se le ocurre. Le diremos al terrorista que apunte a otro sitio que no salga en los carteles de propaganda. La estética tiene una influencia decisiva en la intención de voto; una reciente encuesta ha demostrado que el ciudadano medio jamás depositaría su confianza en un candidato con una sola oreja, aunque tenga un programa electoral de puta madre.
PRESIDENTE: ¿Has dicho “terrorista”? ¿En serio estás sugiriendo que contratemos a un terrorista? Claro, cómo no. Eso es precisamente lo que le hace falta a esta administración; otro inútil chupando del bote público.
CEFERINO: No haría falta destinar una gran partida presupuestaria. Yo creo que con un millón va que arde.
PRESIDENTE: ¡Coño, pues sí que se ha puesto caro el terrorismo! ¿Dónde han quedado los tiempos en que delataban a uno de los suyos a cambio de pagarle un chapero?
CEFERINO: No me refiero a un terrorista de los nuestros. Estaba pensado en un mercenario internacional.
PRESIDENTE: ¿Y darle trabajo a un extranjero? ¿Me estás diciendo que este país no produce criminales de calidad, Ceferino?
CEFERINO: No como el que tengo en mente. Ha sido nombrado Mejor Francotirador del Año dos veces consecutivas por El Magazine del Rifle.
PRESIDENTE: ¿Te lo estás inventando?
CEFERINO: Créame, señor Presidente; es muy bueno en lo suyo, y tiene una larga experiencia. Ha participado en tres guerras que hemos apoyado en secreto y en otras tres que hemos condenado públicamente.
PRESIDENTE: No recuerdo haber opinado sobre seis guerras durante mi mandato.
CEFERINO: Eeeeeh, bueno, no. Son las mismas. Solo pretendía engordar un poco el currículum de nuestro hombre.
PRESIDENTE: Ceferino, a mí no intentes venderme la moto, que no soy uno de mis electores.
CEFERINO: En realidad sí lo es. ¿O acaso vota usted a la oposición?
PRESIDENTE: Las guasitas te las metes por el culo. ¿Crees que no sé que algunos van diciendo por los pasillos que me equivoqué de papeleta en las últimas elecciones?
CEFERINO: Nadie del partido cree que sea cierto, señor.
PRESIDENTE: Sí, ya, los cojones.
CEFERINO: ¿Qué me dice, presidente? ¿Se lo va a pensar?
PRESIDENTE: No me presiones.  (Se pasa la mano por la cara). Tú y tus ideas… ¿De verdad crees que servirá para algo?
CEFERINO: Créame, señor; funcionará. Al votante medio le gusta más un mártir que a un tonto un picaporte.
PRESIDENTE: Joder, para lo que he quedado… Votos por pena… Apúntatelo por ahí, Ceferino; ese va a ser el eslogan de nuestra próxima campaña.
CEFERINO: Señor, según las últimas encuestas, su popularidad está cayendo en picado…
PRESIDENTE: ¡Encuestas, encuestas! ¿Quién es el cabrón que encarga esas encuestas? ¿Y a quién coño le preguntan?
CEFERINO: ¿Accede o no accede?
PRESIDENTE (derrotado): Accedo, accedo… ¿Y qué parte de mi anatomía has pensado que podría ser un buen blanco? Que no sea una pierna, por favor, que la rampa del Congreso todavía está en obras.
CEFERINO: ¿Le parece bien un hombro?
PRESIDENTE: Si puedo elegir, que sea el izquierdo. A ver si ahora voy a estar dos meses sin poder pelarme un mango.
ASESOR: ¿Lo llaman así ahora? ¿"Pelarse el mango"?
PRESIDENTE: Ceferino, Ceferino...
ASESOR: Entonces, todo arreglado.
PRESIDENTE: Ceferino, ¿crees que podemos aplazar lo del atentado hasta después de las vacaciones?
ASESOR: Eso está hecho, señor.

2. INT. DESPACHO DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO. DÍA
El Presidente tiene un montón de periódicos desordenados encima de la mesa. Se encuentra ojeando uno, con el rostro desencajado.

PRESIDENTE: ¡Me cago en mi puta calavera!
(Entra Ceferino, en estado de shock)
CEFERINO: ¿P-presidente?
PRESIDENTE: Ah, Ceferino, qué agradable, sorpresa. Por favor, toma asiento… ¡¡Soplapollas!!
CEFERINO: Parece que las cosas no han salido como esperábamos, señor…
PRESIDENTE: ¿Por qué lo dices? ¡¿Quizá porque, en vez de a mí, el subnormal de ese mercenario tuyo con tan buena puntería le ha pegado un tiro al líder de la oposición?! ¡¿Lo dices por eso?!
CEFERINO: Señor…
PRESIDENTE: Todos los medios de comunicación están poniendo por las nubes a ese hijoputa. ¡Incluso los que nos chupan la polla a diario lo están tratando de “lúcido hombre de estado” y de “político visionario”! ¡Mira qué adjetivos, Ceferino! ¡Los mismos que yo quería que grabaran en mi lápida! Y no te pierdas esto: el gacetillero que hoy se atreve a destacar su “gran labor al frente de la oposición” es el mismo que ayer le llamaba “corto de miras” y “patizambo”. Y mira, mira la foto que han puesto aquí a doble página… Ahí, tumbado en el suelo, tapándose el agujero con la mano… El ángulo hasta le hace parecer un puto héroe de guerra. Y yo al lado, mirándolo con una cara que… que… ¡que tengo pinta de capullo, cojones! ¡La madre que me parió!
CEFERINO: Admito que no es el mejor de los escenarios posibles…
PRESIDENTE: Es una cagada sin paliativos, Ceferino (Se pasa las manos por la cara). Bueno, ya seguiré vomitando bilis sobre ti y toda tu estirpe más tarde, que ahora tengo que ir al hospital a hacerle una visita. ¿Has avisado a los periodistas para que estén allí cuando yo llegue?

3. INT. HABITACIÓN DE HOSPITAL PÚBLICO. DÍA.
El LÍDER de la oposición está solo, tumbado en cama con el brazo izquierdo en cabestrillo. Sonríe de oreja a oreja mientras repasa uno de los periódicos que tiene amontonados encima de la cama. El Presidente entra a la habitación.

LÍDER: ¡Hombre! ¿Pero a qué viene esa cara de vinagre, si el damnificado soy yo?
PRESIDENTE: No me hables, que me has jodido pero bien. ¿Cómo te encuentras?
LÍDER: Aaah, bueno, no me quejo. ¿Has visto las noticias?
PRESIDENTE: Vete a la mierda.
LÍDER: ¿De verdad creías que te iba a salir bien?
PRESIDENTE: ¿Qué?
LÍDER: Lo de dejarte disparar.
PRESIDENTE: ¡¿De qué cojones estás hablando?! Ah, olvídalo. No estoy de humor para hacerme el sueco. ¿Cómo te has enterado?
LÍDER: Nos lo contó nuestro topo.
PRESIDENTE: ¿Cuando dices “nuestro”, a cuál te refieres? ¿Al que tenemos infiltrado en vuestra sede, o al que tenéis infiltrado en la nuestra?
LÍDER: Al que tenemos en la vuestra.
PRESIDENTE: Será mamón. Y yo que creía que lo habíamos comprado… ¿Y por qué nuestro topo no nos contó que lo sabíais?
LÍDER: Le dimos vacaciones.
PRESIDENTE: Pues ya lleva dos meses, el cabrón, que el mes pasado se las dimos nosotros.
LÍDER: Mira, cuando me ponga bien, a lo mejor tendríamos que reunirnos para regularizar todo este asunto de los topos.
PRESIDENTE: Sí, sí… Oye, ¿le hicisteis una contraoferta a nuestro francotirador, o qué?
LÍDER: Se la doblamos.
PRESIDENTE: ¡¿Le pagasteis dos millones?! ¡¿De dónde habéis sacado vosotros tanta pasta?! ¡Si sois de izquierdas!
LÍDER: Ah, no fue nada. Desviamos una partida destinada a cursos de formación y…
PRESIDENTE: Cabrones.
LÍDER: Habló el gran estratega.
PRESIDENTE: Esta vez te has salido con la tuya, pero la próxima…
LÍDER: ¿La próxima, qué? ¿Cómo vas a mejorar esto?
PRESIDENTE: Pues mira, estoy pensando en dejarme secuestrar.
LÍDER: ¿Perdona?
PRESIDENTE: No ahora; cuando toda esta mierda de tu intento de asesinato se haya olvidado un poco, naturalmente. Te lo cuento  porque, bueno, no creo que seas tan imbécil como para robarme el plan. ¿Primero te disparan y luego te secuestran? Eso no se lo va a creer nadie.
LÍDER: Bastardo.
PRESIDENTE: Ah, se siente. Ahora a lo mejor ganáis las elecciones, pero ya nos tocará otra vez luego. Pero, bueno, a ti qué te voy a contar, si ya sabes cómo va esto.

No hay comentarios: