La luz natural no brilla ni por su ausencia. Nuestros protagonistas son un auxiliar administrativo y otro que solía serlo.
-¡Muy buenas!
-¡Coño, tío! ¿Te han vuelto a contratar?
-Dios no lo quiera. Es que estaba dando un paseo por aquí cerca y me he dicho, "Voy a pasarme a saludar".
-Pues mira qué bien. Oye... Sabes que esto es un edificio de la administración pública, ¿verdad?
-Claro.
-¿Y nadie te ha dicho nada cuando te ha visto entrar con el perro?
-Por cierto, ¿tendréis por ahí una papelera o algo para echarle agua? El animalito debe de estar seco con la caminata...
En su descargo, podemos alegar que quizá se trataba de un perro lazarillo, porque, aunque su dueño no era invidente, acostumbraba a ir a trabajar ciego los lunes por la mañana. Y también algunos martes.
3 comentarios:
Si de raritos esta el mundo lleno. Ya te he dicho que eres un iman para ellos.
En fin; siempre he querido trabajar en la Dimensión Desconocida...
Pues en hora buena, lo has conseguido
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